sábado, 2 de septiembre de 2017

HERRERA

                                                            

-Derivación de la forma del latín ferrum (hierro). 
-Situado a 1 hora de Córdoba, conocido también con el nombre de Villa de los Moros desde la edad moderna y Taliqa o Sevilla la Vieja durante el Califato de Córdoba; y corresponde al primer emplazamiento romano en la Bética y en todo Iberia, conocido como Itálica, el cual fue levantado entre población tartésica.
-Herrera de Alcántara, de Cáceres-Extremadura, en la frontera con Portugal, dialecto: ferrereño o ferreireño.   
-Apellido original de la Bética, actuales Extremadura y Andalucía. Relacionado contextualmente con  la nobleza andalucí  hacia el siglo X, Herrera es un apellido latino (Ferrera), perteneciente a familias patricias de la antigua Roma, relacionado con la gens JULIA y las legiones VI  (Ferrata) -I V I I, "julios"- y X (Equix, Equextrix, o "ecuestre", primera caballería de la República Romana formada la Bética), creada por Julio César en Hispania. Las familias patricias de la antigua Roma que habitaron la provincia de la Bética en Hispania, entraron en decadencia social y económica durante la dominación Visi-goda en la península Ibérica hacia los siglos VI y VII.  Durante el dominio del Islam en Hispania, las antiguas familias patricias de la Bética  reanudaron relaciones con el Imperio Latino de Oriente en Bizancio. Durante la Edad Media, el apellido Herrera se extendería por segunda vez por toda España, la primera fue durante el periodo romano. 
Tras la reconquista de España por los reyes Católicos, Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, el apellido Herrera se encuentra siempre muy de cerca al servicio del Rey de España, como aposentador del palacio del rey Carlos I y como miembro de la real escuadra española. En España actualmente hay dos líneas del apellido Herrera, una que conservó la tradición de la antigua Roma y el esplendor del Imperio Latino de Oriente, y otra línea que conservó la tradición de los reinos de Navarra y Aragón. Ambos emigraron hacia América muy temprano en el siglo XVI.
Herrera llegó a América como oficial de la Real Armada. Los primeros varones con apellido Herrera llegaron a Cuba, Panamá y Venezuela trabajando como militares, funcionarios y navegantes. En América del sur Herrera se encuentra en posesión de encomiendas y haciendas hacia la segunda mitad del siglo XVI en el Bajo Perú (Colombia y Ecuador) y se le encuentra en Trujillo, Lima, Arequipa, Charcas y Chile hacia inicios del siglo XVII. El apellido Herrera, llegó al Perú en 1532 durante el tercer viaje de Francisco Pizarro. Son tres los hermanos Herrera, naturales de Extremadura lo que forman parte de las columnas de Pizarro: Alonso, Francisco y Juan, quienes estuvieron presentes en la fundación de San Miguel de Piura, primera ciudad hispana del Perú, y también en Cajamarca en el momento de la captura del Inca Atahuallpa (Ver archivo de Indias). Al partir Pizarro a Xauxa y Cusco, Herrera permaneció en Cajamarca. Al pelear los españoles en alianza con el reino del Cusco, en contra del reino de Quito, partidarios de Atahuallpa, los españoles asentados en Cajamarca recibieron como esposas a princesas huancas de las actuales Huancabamba, Cajamarca y Lamas, tal como lo hiciera Francisco Pizarro en Xauxa. Durante los siglos XVI y XVII hay algunos oficiales de la Real Armada con apellido Herrera en los viajes de navegación por el mar Pacífico en la ruta Callao - Manila. En el Perú el apellido Herrera tomó lugar en el norte y sur peruano, desde el siglo XVI, donde recibió los aires frescos de la nueva sangre incaica convertida al cristianismo, a través de enlaces y matrimonios con  princesas hijas de antiguos  nobles peruanos incas. El Inca Garcilazo de la Vega fue el primer mestizo de sangre noble del Perú, descendiente de un hijodalgo español y una princesa inca, pero no fue el único, así como él hubo una y varias generaciones de verdaderos peruanos, producto de alianzas entre princesas incaicas e hijodalgos, nobles y caballeros de cada una de las Españas. Algunos viajaron para siempre a Europa, dejando su estirpe entre las gentes de los reinos europeos, otros se quedaron en América del Sur, en países como Bolivia, Perú, Argentina, Chile, Ecuador y Colombia. En el Perú, estas familias de incas cristianos, descendientes de España y de América, se concentraron principalmente en las ciudades más antiguas: Piura, Caxamarca, Truxillo, Xauxa, Huamanga, Cusco. 
Tras la fundación de Lima, Herrera fue reconocido como hidalgo y se le hizo entrega de encomiendas en Nueva Trujillo. Durante los siguientes siglos, las familias Herrera que provienen del tronco del sur de España (Andalucía y Extremadura) siguieron arribando a América por Venezuela, Panamá y el Río de la Plata. En el Perú, la rama original permaneció en lo que fue Nueva Trujillo, actuales departamentos de Piura, Cajamarca, Lambayeque y La Libertad, conservando algunas familias decorosas haciendas hasta el siglo XX, después de lo cual, a consecuencia de las políticas económicas aplicadas por el Estado Peruano durante la segunda mitad del siglo XX.